Hace al menos seis meses que venía buscando un libro. Supe de él por redes sociales y desde que oí una entrevista en la que su autora contó cómo fue el proceso de escritura y publicación me enamoré de su visión y empecé a buscarlo. Pero en Colombia fue imposible conseguirlo. La primera edición se publicó en mayo del 2021, en menos de un año se hizo una segunda y aquí, al menos en Bogotá, nunca vi ninguno. Se trata de La guía suramericana del vino de Amanda Barnes y sus amigos.
Entonces aproveché un viaje que hice a Argentina y Uruguay para comprarlo. Viajé a visitar las bodegas de varios productores de vino que quiero traer a Colombia y recorrí algunas librerías preguntando por él y comprando un par de libros más. Ahí supe un dato que me reconfirmó mi sueño de vivir en Buenos Aires: ¡es la ciudad con más librerías per cápita del mundo!
Hasta que ya en Montevideo —la última ciudad en la que estuve antes de regresar a mi casa— se me ocurrió ir a una librería muy particular: Librería del mercado, la única que conozco especializada en libros gastro y la primera que veo que queda dentro de un mercado. Todo lo que me gusta. Pregunté por el libro de Amanda y sí estaba, ¡solo tenían uno!
¿Qué es La guía suramericana del vino?
Responder esta pregunta es difícil. Podría empezar por describir qué tipo de libro es; qué información contiene; para qué público fue escrito; quién es Amanda Barnes en el mundo del vino —de lo que hablaré más adelante—, pero quiero que el primer puesto se lo lleve el cómo de la publicación.
Este es un libro autopublicado. Cuando su autora decidió escribirlo eligió el camino de la autopublicación para hacer el libro que ella quería y no el que tuviera limitaciones de presupuesto y concepto por parte de una editorial. El caso de Amanda me pareció asombroso. En una entrevista con Mariano Braga, un sommelier y comunicador de vino argentino, ella cuenta cómo habló con varias editoriales de su idea de libro pero tras ver que todas le ponían talanqueras al tipo de edición que quería por razones de presupuesto, prefirió hacerlo autogestionándose. Su historia es una disrupción al modelo editorial tradicional.
Al ver el libro se entiende su decisión. La guía suramericana del vino es una edición que reúne fotografía, infografía, historia, estadísticas y texto para contarle al mundo cómo son la producción y la filosofía del vino en Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia y Perú. Desde la calidad del papel, pasando por el tipo de fotografía, hasta la diagramación y su diseño, el libro de Amanda vale cada centavo.
De cada país trae una breve historia de su vino, una descripción detallada de cada una de sus regiones vinícolas, así como recomendaciones de productores que están haciendo las cosas bien y de manera diferente en sus bodegas. Al leerlo y escuchar varias entrevistas de Amanda se nota que el trabajo de investigación fue serio. Viajó a las regiones productoras, indagó sobre nuevas formas de vinificación, retrató la vida y cotidianidad de sus gentes. Se trata de un trabajo riguroso, tanto que el libro contiene mapas inéditos que son consultados por muchos amantes del vino.
Una inglesa fascinada por la Criolla
Si algo me gusta no solo del libro sino de Amanda Barnes es su amor por la Criolla: una uva endémica de América con la que comenzó la historia vitícola de esta parte de nuestro continente con la que, al menos durante cuatrocientos años, se hizo el vino aquí.
Antes de la llegada de los españoles ya existían uvas en Suramérica. Sin embargo, la única con la que se hacía vino era la Criolla. Es una variedad muy agradecida —como dirían nuestros abuelos que trabajaron el campo— pues sobrevive a condiciones inhóspitas: desde alturas muy elevadas hasta desiertos. Pero a mediados del siglo XIX entraron al escenario variedades de uva traídas desde Europa y esto hizo que la Criolla perdiera algo de importancia.
Hoy hay algunos productores que se dedican a rescatar su valor y trabajan mayormente con Criolla. Agustín Lanús, en Argentina, es uno de ellos con vinos producidos a 2.700 metros de altura. Y Amanda, una inglesa que se enamoró de nuestras tierras, es una de las pioneras en su rescate y comunicación.
🔗 Conoce aquí sobre Agustín Lanús y su forma de hacer vino
¿Quién es Amanda y por qué Suramérica?
Amanda se define como una escritora de vino, un título que me gustó desde que lo vi no solo por ser inusual sino porque reúne dos de las cosas que más me apasionan. Es corresponsal para tres de los medios o autoridades más respetadas de la escena vitivinícola internacional como Decanter, Jancis Robison y World of Fine Wine. Además es candidata a Master of Wine, quizás la calificación más alta a nivel profesional para un conocedor de vino, emitida por The Institute of Masters of Wine en el Reino Unido.
Pero ¿cómo termina una inglesa investigando y escribiendo sobre el Moscatel de Alejandría, uva principal en la producción de vino en Bolivia? ¿De dónde sale su fascinación por América Latina? ¿Qué la hizo venir a escribir sobre la sierra en Perú?... En la página cuatro, al comenzar a leer el prefacio de su libro, me llevé una sorpresa.
Todos los caminos conducen a Gabo
Si bien Amanda llegó a Suramérica en el 2009 —Argentina fue su país de entrada—, su encantamiento por América Latina ocurrió antes de su viaje. Y lo que la cautivó de estas tierras en las que el surrealismo vive en medio de las calles fue García Márquez. En el prefacio cuenta que empezó a leer la obra de nuestro gran Gabo y su magia nunca la soltó. Fue gracias al cataquero que, años después, terminaría dedicando diez años de su vida a la construcción de su libro.
La obra de Gabo también está presente en la estética de la publicación. Las páginas que marcan el comienzo de un nuevo capítulo tienen flores, muchas de ellas amarillas, y con cada fotografía narra realismo mágico. El trabajo fotográfico me gustó tanto que busqué más sobre sus fotógrafos que aquí pueden consultar: Matt Wilson fue el encargado para el caso de Chile; Stéphane Rampon en Argentina y Greg Funnel fue el fotógrafo de viaje.
Los amigos: el común denominador de las buenas obras
No sé si Amanda conozca una de las razones por las que Gabo escribía. De hecho, es la más sonada en el mundo editorial. En septiembre de 1967, García Márquez y Mario Vargas Llosa se reunieron en Lima para hablar sobre la novela latinoamericana y, en medio del encuentro, el colombiano le confesó a Vargas Llosa que el motivo principal por el que escribía era para que sus amigos lo quisieran más.
Tampoco tengo conocimiento de que Amanda sepa que a Gabo le encantaba el vino. Lo descubrí hace poco al leer una entrevista que le hizo Germán Castro Caycedo en el año 1977 en la que, al comienzo de una pregunta, el zipaquireño le dice «(…) se sabe por otra parte que usted es un gran catador de vinos (…)».
🔗 Escucha aquí la entrevista completa
El caso es que La guía suramericana del vino no tiene en la portada a Amanda como su única autora; también aparecen sus amigos. Según ella misma ha contado en algunas oportunidades, este fue un libro posible gracias a sus allegados. Otra vez los amigos como común denominador de los buenos libros.
Buscar un libro sobre vino y encontrarme a Gabo cerró con broche de oro la alegría de hallarlo. Espero que sus letras sigan ayudando a definir vocaciones y que muchos libros se sigan haciendo realidad gracias a la amistad.
Gracias, Gabo.
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